sábado, abril 19, 2008

QUE FACÍL ES PARA TI... ¿VERDAD?

Que fácil es decir te quiero
cuando no te nace decirlo desde el centro del corazón,
que fácil es decirlo como una frase complaciente
que sólo busca una salida hipócrita de la situación,
que fácil es mover los labios y entonar frases endulzadas
con ayuda hábil de la razón.
¡Qué fácil!

Que fácil es ponerse una coraza
y ser un vivo que demuestra tener el alma muerta,
que disfruta hacerse feliz
por que le gusta ser mentiroso,
y envolvernos bajo esa absurda postura que oculta la verdad
que dice algo que parece profundo,
pero que concientemente uno sabe que eso tiene un ministerio en la cabeza
y nada tiene que ver con la pasión.
¡Qué fácil!

Que fácil resulta mirarla a los ojos
y decirle a quema ropa un ¡Te quiero! o un ¡Te amo!
Y disfrutas que ella se deshaga en tus brazos,
manteniendo latente su esperanza viva y divina,
mientras tú sonríes a escondidas, victorioso de todo,
sintiéndote un ganador,
listo para levantar el trofeo
que en base a artimañas construiste.
¡Qué fácil!

Que fácil es para ti,
es dar un beso engañoso,
una sonrisa para aplacar lo que vendrá,
un abrazo para entrar en detalles íntimos,
un deseo que insinúas sin titubeos,
una oportunidad que no la desaprovecharás,
un corazón engañoso,
una mano “amiga” que sólo sirve para manosear
un detalle ficticio en busca de placeres...
¡Qué fácil!
Alcanzados los objetivos nacerá un inmenso dolor, producto de;
pero no te importará…
¡Qué fácil!

Jiguem
P.D. Este “poema” lo hice hace siete años, cuando fui parte y testigo de…

domingo, abril 06, 2008

Era la pareja envidiable, pero Manuel empezó a cambiar su comportamiento de forma terrible, ya no la llamaba, no la visitaba y por último, se empezó a “olvidar” de las fechas claves en toda relación.

JESSY y ...MANUEL


Cuando fueron novios Manuel nunca falló a Jessy, pero la vida les jugó una triste forma de decir las cosas para ambos. Él le pidió que terminaran y ella no quería, por que se aferró a él de una forma melosa y sinceramente lo amaba tanto. Manuel tuvo que irse por que sentía que no era él y que si esto seguía, no podían ni siquiera ser amigos como alguna vez lo pensó y soñó cuando iba a dormir a casa. Un día, Manuel alistó sus cosas en silencio, guardó su secreto, metió documentos, plata y ropa en una mochila y se fue sin decir nada.

Efectivamente, Manuel desapareció, no lo hallaban por ningún lado. Jessy visitaba y preguntaba a sus amigos y familiares, pero nadie sabía nada, sólo le decían que agarró sus cosas y se fue sin decir a donde. Jessy se puso triste, no sabía que hacer, cada día se sentía terrible y empezó a beber. Primero con personas de su entorno, luego con amigos que ni ella conocía. Estaba mal. Su familia tuvo que poner un alto a todo esto y decidieron internarla a un lugar especializado.

Paso el tiempo y Jessy había dejado atrás esa vida de bohemia y de estar pendiente de Manuel, ya no estaba preocupada, y su pensar ya no sólo se abocaba hacia él. Siguió su vida normal, conoció y recuperó a sus amigos, estaba feliz estudiando y trabajando, tuvo amores fugaces que alegraron su existencia, pero algunas dudas tenían sede en su cabeza. Jessy, quería estar segura de muchas cosas. Pero fue entonces que conoció a Javier, un joven apuesto, y con él había empezado una nueva relación que por cierto para él, ella se convirtió en su diosa.

La vida siguió y pasó de forma rápida, su situación para formalizar su vida estaba en camino, Jessy lo había presentado a Javier su nuevo amor en sociedad y ya tenían una fecha precisa y justa para ese acontecimiento de amor; nuevamente las cosas estaban saliendo a la perfección. Pero algunas veces Jessy se sentaba al borde de su cama y pensaba en Manuel, y tenía miles de preguntas que ella sola, no podía contestar. ¿Por qué…? - Siempre de preguntaba, pero no tenía respuestas, ella estaba convencida que algún día lo encontraría y lo encararía… ¡Algún día! – dijo en silencio, tocándose el corazón.

Faltaba sólo una semana para la boda, Jessy se encargaba de todos los detalles, para la tan aclamada boda. Hasta que un día Jessy salió hacer compras por alguna calle de Lima, entró a una y otra tienda, hasta que se sentó en una banca de alguna plaza para descansar y pensaba que más le faltaba comprar. Era aproximadamente las ocho de la noche, y Jessy tuvo la necesidad de voltear la cara; al hacerlo, sus ojos cayeron directo a una mirada afeminada, y un cuerpo nada varonil. Ella lo reconoció. Era Manuel.

Jessy no lo podía creer lo que veía, Manuel estaba maquillado, vestía ropa femenina y unos tacos llamativos. Ella estaba anonadada, pero tuvo la fuerza suficiente para agarrarlo del brazo, y lanzarle tantas preguntas, ¿Por qué….? ¿Cómo….? ¿Por qué….? ¿Por qué….? - Pero no tuvo ninguna respuesta. Manuel también estaba sorprendido, obviamente no la pensaba ver. Ella lo agarro de los dos brazos, le miró de abajo para arriba con la boca abierta y ha quema ropa le dijo:

- ¡Por qué estás vestido así, Manuel! – gritó ella toda desesperada.
- ¡No soy Manuel, ahora me llamo Verónica! - le contestó
- ¿Pero por qué, por qué….? – toda desesperada, insistía.
- ¡Por qué siempre quise ser femenina, y ahora soy mucho más mujer que tú! – le contestó.

Tras esa respuesta, Jessy se quedó muda, no dijo nada, y dejó que la ahora Verónica escapara. Después de unos minutos, Jessy asimiló y entendió todo. Ella entendió que era necesario que lo dejase ir, que Manuel nunca fue de ella, si no de su destino, y que esa vida que ahora llevaba lo hacia mas feliz, que estar a su lado.

A partir de ese momento, Jessy, nuevamente, nunca supo más de él.

P.D. Cuando llegó el día de la boda, y antes de salir de su habitación; Jessy rezó un Padre nuestro, como agradecimento, por que despegó todas sus dudas y lo pudo sacar de su corazón. Y también un Ave maría para Manuel como una forma de agradecimiento, por que sino hubiese pasado eso, ella no hubiera conocido nunca a Javier.


Jiguem