MIRADOR NOCTURNO

Humo y cigarrillos que forman formas de no se que,
viajan en aquella esquina
del encanto nocturno,
que es visitada por muchos y muchas
para sentarse a contar historias y no se que mas.

Vidas nocturnas que viven a la espera del amanecer,
sucumben bajo la temperatura de la noche y del ambiente,
el alcohol hace su trabajo,
dejando ver un pasado que a su vez fue presente
en aquella mesa que nunca olvidarás.

Risas y llantos grafica el lugar,
con siluetas casi perfectas escondidas traz su ropaje
que esconden de todo,
solo ríen y su vez lloran
por que saben que fruto de ese brebaje
La verdad está por relucir
y no quiero que me cuentes.

Al otro lado del bullicio
meseras que venden de todo,
desde caricias hasta un botella llena de amigos sin conocer,
un piqueo de emociones
hasta risas que descifran dinero
y una alegría que finge la amargura,
de una amanecida que viene cada día
dejando malestar en el cuerpo
apolillado por los años que se maltratan.

Bailes y mas bailes,
conversaciones que solo serán pasajeras
invitando al individuo a besar la amargura,
manos viajeras en cuerpos sudosos
de la persona que nunca le habló

y sobre todo que nunca quiso pasar la noche con él.

Delirios y dolores después de estas hazañas,
malestares y un cliché presente de la boca para afuera:
“no me acuerdo”
besos que solo serán recordados en la mente del amante
y historias que nunca terminarán de ser contadas,
en esa esquina que no olvidarán.

jiguem