LA DAMA DEL VESTIDO NEGRO

Era una noche que no tenía ganas de nada y una llamada telefónica me invitaba que fuésemos al matrimonio de una vecina, que por cierto, sólo una vez le dije ¡hola!... de mala gana le dije que los acompañaría pero que de frente iríamos al lugar de recepción, por que para ser francos, a mí, me aburre la ceremonia religiosa.

La hora pactada para encontrarnos con mi hermana y su esposo había llegado, un timbre de bocina me avisaba que ya estaban afuera con el carro listo para salir... de nuevo mi mala gana se hacia presente, ya que el frío que acompañaba aquella noche era espantosa.... después de 40 minutos de tanto trajinar por las avenidas de la gran Lima, llegamos al local asignado por la actual pareja de esposos.

Sólo recuerdo que entré y cambió todo, pues tuve el recibimiento mas lindo que jamás me había ocurrido, ya que todos mis amigos y algunas amistades estaban presentes y la noche a partir de ese momento, daba un giro completo. Luego de tragarme todo lo clásico de las bodas, que los padrinos felicitaran y dijeran el mismo discurso de siempre y la ceremonia se convirtiera en fiesta al son de una orquesta, que por cierto, era de una amiga mía, las cosas nuevamente se pusieron mejor.

Las cervezas iban y venían y las ganas de irme se habían quedado en el pasado. Y como si algo me llamaba mirar hacia la puerta, volteé y vi que entraba por la puerta principal, "una amiga" que hace mucho tiempo no veía, amiga de mis padres y mis hermanos. Era toda una cuarentona con un vestido negro glamoroso, que irradiaba energía y que destruía en físico a cualquier belleza mortal de esa noche; ni tonto ni perezoso, me acerqué a saludarla y ha invitarla a que se uniera con nosotros, obviamente antes que se lo jalen a otro grupo.

La risa, los abrazos, el baile y creo que una buena plática hizo que se quedara a mi lado y yo encantado por que se quedara conmigo, nunca mas miré el reloj y mi mundo se había reducido a ella y creo que su mundo y su mirada se había dirigido a mí. Nunca me imaginé que estaría bailando lambada con ella, pero realmente de adaptaba a las circunstancias que requería la música.

"...Si el pasado te enseñó a besar así, bendito sea el que estuvo antes de mí.... Si el pasado te enseñó a tocarme así, benditos los que estuvieron antes de mí ..."

Después de tanto disfrutar y divertirme, observé el reloj y las agujas marcaban las cinco de la madrugada ¡¡Uuyyyy¡¡ - exclamé - y sentí la necesidad de reposar un momento para alistar mi huida mientras los demás seguían jaraneando, en eso, mientras me despedía de todos mis conocidos, ella se me acercó y me pidió, si por favor la podría acompañar hasta su casa; yo, encantado acepte. La subí al taxi rumbo a su casa y detrás del chofer, las cosas subieron de tono, ella preguntaba y tocaba sin permiso alguno y yo un pobre inocente de apenas 17 años de edad, todo asustado, erizado, pero extremadamente dispuesto a conocer y explorar otros mundos.

Llegamos a casa y me invitó a pasar, sacó un botella de vino y lo bebimos acompañado con una música suave que invitaba a besarla, pero mi inexperiencia no permitía dar ese primer paso. Ella toda una artista jugaba conmigo y me llevaba al cielo y al infierno al mismo tiempo; no escribiré que mas pasó en esas sabanas, que por cierto terminaron húmedas, sólo diré que en aquella velada, descubrí lo que era un beso con fuego, un gemido dramático, arañones en la espalda, electricidad en la parte inferior del cuerpo, la mitad del kamasutra, un “si” con fuerza con una soberbia apretada de músculos al arquearse y juro que recorrí todos los lugares del mundo y del universo que jamás había explorado.

Nunca olvidaré lo que pasó en aquella casa habitada de recuerdos pasados y presentes, sólo sé que ella se quedó con algo de mí y yo con algo de ella.... El sol entró por su ventana y la vi echada a mi costado, toda una Eva reluciente, descubierta y fatalmente deliciosa al dormir, y pude ver que había rastros de su piel en mis uñas y un olor de sudor proveniente del compartido.

Vi las horas avanzadas por casualidad, la miré nuevamente y no quise decirle adiós, pero realmente fue un adiós.... la dejé dormir, era conciente que estaba cansada, me levanté y salí por aquella puerta que nunca mas la volví abrir, únicamente en mi recuerdo.

P.D. Ustedes se preguntarán ¿Qué pasó con los novios?.... para ser sincero, sólo felicité a la novia y al novio por separado, de allí, nunca mas los vi; hasta hoy.

Jiguem