lunes, octubre 29, 2007

LOCURAS...

Era un domingo por la noche y mi madre y yo estábamos viendo en la televisión una película algo interesante, en eso tocaron la puerta y cuando fui a ver, me di con la sorpresa que había llegado a la casa, mi hermana Jessy y su amiga Soledad, así se llamaba Soledad ¡¡¡que irónico¡¡¡ por que aún sigue sola y sin compromisos a pesar de sus tantos calendarios. Puedo decir que la conocía de tiempo, pero seguía siendo la típica señorita de su casa, con un pensar muy conservador sobre las cosas del amor y del matrimonio, algo antigua para este siglo adelantado medio alocado.

Recuerdo que yo había tenido una tarde deportiva y estaba en short y polo, y según mi madre, Soledad y mi hermana habían salido hacer compras, y que después de eso ellas pasarían por la casa a visitarnos. Me quedé conversando un momento en la sala con ellas. Fue un momento de pura diversión y risa por parte nuestra, siempre usando algunos temas que tocaba a propósito, sólo para que soledad se escandalizara, pues para ser sincero, yo estaba feliz atormentado su mente con cosas liberales. Ella solo me decía: ¡¡¡Que barbaridad¡¡¡ o en muchos casos, sólo se reía escondiendo su cara con sus manos y agachaba la cabeza toda escandalizada.

Después de haber conversado ya buen tiempo decidí pedir permiso para ducharme.
Bueno, ha llegado el momento de bañarme.... ¿no deseas pasarme el jabón por mi cuerpo o bañarte conmigo? - le ofrecí – ella toda colorada me miró afectada y se rió toda avergonzada.
Miré a mi hermana y a mi madre que se vacilaban, ellas disfrutaban con todas las cosas que le decía.
Voy a ducharme, insistí – en ese instante me levanté de la silla y sin decirle nada fui directo al baño, dispuesto a sacarme toda la mugre que tenía encima. Mi duchazo fue veloz; shampoo en la cabeza y jabón en el cuerpo, y salí de allí con la intención de seguir viendo la película que observábamos ese día. Salí de la ducha me fui a mi cuarto a ponerme ropa y se me vino a la cabeza hace una pequeña locura, antes que me la ponga.

¡¡¡Jessy¡¡¡ - grité a mi hermana por mi ventana
¡¡¡Qué¡¡¡ - me contestó
¡¡¡Ven, por favor urgente con Soledad a la puerta de la sala¡¡¡ - insistí

En segundos, Soledad y Jessy, salieron de la sala directo a la puerta de la misma, y a cierta distancia de la ventana de mi habitación.

¡¡¡Dime¡¡¡ - Dijo Jessy junto con ella.

En eso con un afán loco y extrovertido, me acerqué a la ventana, me despojé de mi toalla y les enseñé mi trasero y todo mi cuerpo las veces que quise, totalmente desnudo. Soledad dio un grito, puso una cara de espanto y escapó rumbo a la calle. Mi hermana se orinaba de la risa e iba detrás de ella para acompañarla, aun que, creo que también ella se había sorprendido de mi locura, pero no paraba de reírse. Pero muy dentro de ella, se reía por que sabía, que había sido mi cómplice, para hacerle sonrojar a soledad.

Desde ese día, mi querida amiga Soledad, no quiere venir a tomar un café en casa, por que me considera un loco y un pillo. Yo sólo espero volverla a ver y saludarla muy cariñosamente y con mucho respeto.... algún día.

Jiguem

jueves, octubre 18, 2007

ELLA

Ella salía de casa toda agitada, le pedía por favor que no se fuera, que se dieran una oportunidad para seguir la relación. Él, ya no quería nada con ella; abrió la puerta de la casa y se fue directo al auto, ella lo jalaba de la camisa y él todo recio y sin temor a nada, abrió la puerta del carro, se subió en ella y prendió el motor; ella, sin saber que hacer se subió encima del motor, se tiró de panza, pero nada; él había sido claro con ella, solo esperó el más mínimo descuido para pisar el acelerador y arrancó, ella cayó al suelo sin raspón alguno, él cuidó que no tuviera ningún rasguño, sólo sabía, que ella tenía que superar el dolor y entender que la relación había llegado su fin. Ella le había confesado que tenía miedo a la soledad.

Pasaron días de ese incidente, pero ella insistía con el pasado, lo llamaba, lo esperaba afuera de su trabajo, de su casa, pero él nada; sólo quería que ella se fuera y lo dejase en paz, ella insistía, quería que le diera la oportunidad de seguir con él. Él seguía firme y muy convencido, que la separación era lo mejor.

Ella se acostumbró a estar sola, decidió vivir al lado de los recuerdos y darle a la vida la oportunidad de no encontrar a alguien que realmente se la merezca, pero
siempre vivía pensando que él algún día abriese la puerta del departamento, y le pidiera perdón por todo ese pasado; ella, seguro que iría a sus brazos, lo besaría y desde el fondo de su corazón, le perdonaría hasta terminar los dos en la cama.

Él, por su parte vivía más tranquilo, sin ese trato a veces casi esclavizado que ella le daba, sin sus berrinches tontos, casi exagerados, él deseaba la paz, amaba la libertad compartida, quería seguir una vida más tranquila, sin registro de horas de por medio, sin vigilancias y sin el dolor de cabeza que enfrentaba todas las tardes, cuando era asediado por un balotario de preguntas paganas.

Pasó el tiempo; él feliz y ella mal, pues, él había cambiado su vida, encontró un bello amor, que lo hizo volar y experimentar, él todos los días gritaba al cielo agradeciendo su dicha y decía que era feliz con su pareja actual; era perfecta, como la soñó, sin miedos, sin ninguna atadura al momento de amar, su nuevo amor era todo para él.

Mientras ella, había empezado a salir con amigas a algunas reuniones, pero no quería nada con nadie, quería que él vuelva, pues, tenía esas esperanzas que a veces son tan crueles; salía por allí con algún representante varonil, pero nada, vivía con sus recuerdos medios tormentosos, con su pasado, y sin dudarlo mil veces mandaba al diablo a alguien que quería alguna detalle sentimental con ella... Ella siguió así, espantando hombres y esperando tontamente.

Fue una tarde de agosto, Lima estaba acompañado con ese invierno crudo; entonces, el timbre sonó, de una forma extraña, ella saltaba de alegría, quería verlo de nuevo, pero cuando abrió esa puerta de madera, se dio con la sorpresa, que una amiga traía consigo una tarjeta de invitación, la visitante le pidió que se sentase en el sofá que hacia ruido, por que la noticia era grande y muy doloroso para ella, le dio el parte, que era de su amiga y cuando puso sus ojos sobre esta, quedó muda, helada, casi muerta, pues en resumen: Él se casaba.

Sus ojos se quebraron, botaba litros de lágrimas...
fue un tarde muy dolorosa para ella.

Para suerte del novio, ella no fue al matrimonio, se quedó en un bar tomando y borrando penas, quería olvidar quebrándose en llantos y llenado su vaso con más licor posible, y mientras seguía borrando con alcohol, alguien poco conocido se le acercó, le pidió permiso para sentarse al lado de ella, ella accedió y sonrió, brindó unas copas y no dudó en contarle todo, sin perder algún detalle. Este nuevo ser, sólo se dedicaba a consolarla, comprenderla y escucharla, hasta que ella se quedó sin palabras, entendiendo que había expulsado todo, y empezaron hablar de otras cosas, ella empezó a sonreír, pero sus vasos, no paraban de moverse y de estar llenos.

Ella se puso a jugar con él, le dio un beso y le pidió media avergonzada, que fuera con ella a su departamento, por fin, sin resistirse a nada, quería hacer el amor, y se entregó feliz, sintiéndose virgen nuevamente, viendo las estrellas con los ojos cerrados las veces que quiso; y sin entrar en detalles, vivió una experiencia orgásmica, la mas placentera de su vida.

Nunca más averiguó, lloró, ni preguntó por él; pues, después de aquel encuentro casual y furtivo, ella aceptó quedarse allí, felizmente anclada con aquel muchacho, que conoció en ese bar, y que en solo una noche traviesa, prometió respetar su pasado y aceptó agarrarse de la mano con su presente.

Ahora viven felices, sin miedo al pasado; ella a punto de casarse con aquel hombre, que conoció en aquella esquina, donde se encuentra aquel bar.

Jiguem

jueves, octubre 11, 2007

Hoy cumplo mi primer año en el blogger,
escribiendo mis experiencias
mis locuras y hasta mis miedos.......

... a pesar que todo empezó como jugando.


GRACIAS POR SER PARTE DE MÍ.

miércoles, octubre 03, 2007

ME ENSEÑASTE

Me enseñaste a jugar con la vida,
a dar brincos de alegría,
a verte desnuda al dormir,
a sacarle la vuelta al hambre
y darte besos para no compartir.

Me enseñaste a ser pareja sin ataduras,
a ser feliz sin envolturas,
a decir la verdad sin el más mínimo dolor,
a no ser un celoso cara dura,
y a comprender tus locuras.

Me enseñaste a probar salado el chocolate,
a rezar después de plantarte un beso
a buscarle formas a tus curvas,
a bailar con locura
y volar con tu hermosura.

Me enseñaste a verte con el cristal de tus lentes,
a no vestir el amor de forma cuadrada,
a explorar todos los rincones de casa,
a morder cuando es necesario
y aguantar un poco mas
cuando clavas aquellas uñas.

Me enseñaste a reírme contigo,
a seguir con tu rutina,
a amar a los chanchos,
a reconocer tus ideas antes que digas algo,
a charlar con tu cepillo de dientes,
y aceptar tu pasado.

Me enseñaste a no quedarme a tú lado
cuando estás de mal humor,
a mirar el calendario con devoción,
a aguantar esos experimentos culinarios,
al olor de tu transpiración.

Me enseñaste razones para estar vivo,
a convertir el pecado en bendición,
a adorar a tu colchón,
a agarrarte de la mano cuando es necesario,
a sacarle la vuelta al que dirán,
a tocarte no tan a la ligera.

Me enseñaste a compartir,
a fumar sin fastidiar,
a ayudar sin esperar nada a cambio,
a adorar esos zapatos,
a tomarme un café con tú aroma.

Me enseñaste eso y mucho más, pero ahora ya no estás.....diez años después, sólo me queda decirte..... gracias.


Jiguem